viernes, 24 de febrero de 2017

"Open Education" o la educación al alcance de todos

¿Qué es la educación? Para nosotros la respuesta a esa pregunta reside en el acto de compartir y transmitir conocimientos. Cuando una persona está siendo educada, recibe conocimientos en forma de conceptos, actitudes y procedimientos mediante los cuales aprende a desarrollar, como ya pudimos ver con anterioridad, distintas competencias. Gracias a lo aprendido en el transcurso de este máster, hemos entendido que podemos maximizar nuestro impacto en el mundo de la educación si decidimos crear contenido digital y compartirlo con el resto de usuarios. Sin embargo, los beneficios de formar parte de esta red de conocimiento abierta van mucho mas allá. En la docencia, en incontables ocasiones necesitamos ser creativos, recopilar definiciones sencillas de conceptos complejos o tener ideas novedosas. El acceso a la red abierta de recursos educativos supone un enorme factor de ayuda en estos y muchos más casos, lo que implica una manera distinta de concebir nuestro papel como docentes. Dada la complejidad de esta, el hecho de ser capaces de almacenar, compartir y acceder a infinidad de recursos, plantea un nuevo esquema del proceso de enseñamiento ya que cambia el qué, cuándo y cómo aprenden nuestros alumnos y nosotros mismos. 


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Antes de plantearnos el formar parte de la open education, teníamos la idea de que era imprescindible mantener la total privacidad de nuestros trabajos. A raíz de algunas clases de este máster hemos entendido que nos enriquecemos mucho más compartiendo de manera gratuita ya que recibir feedback, críticas constructivas o simplemente entender distintas posturas ante un determinado tema, influye dramáticamente en nuestro aprendizaje. Además, podemos estar beneficiando múltiples centros de cualquier lugar donde se tenga acceso a internet, aportando nuevos conocimientos e ideas y promoviendo valores como el de colaborar sin esperar nada a cambio.

Autores como Gemma Tur y Santos Urbina han determinado mediante estudios la importancia que pueden tener los Open Educacion Resources (OER) en la educación de las generaciones venideras. En un plano más teórico están autores como Martin Weller o David Wiley, quienes destacan las virtudes de la apertura de la educación a todos los ámbitos de la sociedad, y es que la educación ya no se imparte en lo alto de una torre de marfil elitista.

Foto: Tom Maglieri. Open Late. En Flikr

En nuestro proceso de autorregulación del aprendizaje, este sistema de red abierta puede tener un papel clave. En paralelo con compañeros de nuestro mismo centro y con expertos de este sector, podemos ir trazando una trayectoria de aprendizaje pronunciada, enriqueciéndonos de conocimientos muy variados y analizando nuestra propia evolución. Esto nos permite conocernos mejor y focalizar nuestros esfuerzos hacia un concepto de educación libre, creativa e innovadora.  

En definitiva, creemos que los OER abren la puerta a un espacio de educación libre en la que profesionales, expertos y especialistas de todo tipo pueden enriquecer de manera signficativa el universo educacional, permitiendo que el acceso a la información académica no se vea limitada por el muro monetario que gobierna en estos tiempos. Afortunadamente el acceso a la enseñanza ya no se ve limitado por el formato físico: la era digital ha permitido que los recursos educativos sean accesibles desde todo tipo de plataformas, ya sean videos, audios, textos digitales...

Si algo hemos aprendido en este máster es la importancia del trabajo colaborativo, de compartir nuestro aprendizaje no sólo para que otros puedan beneficiarse de él sino para que nosotros mismos podamos reflexionar sobre el propio acto de aprender. Hemos aprendido a trabajar en equipo, a escucharnos los unos a los otros, a comunicarnos de manera que el comentario crítico sea constructivo y en pro del desarrollo personal y profesional. Todo este aprendizaje se vería obstaculizado si no entendiéramos que los OER son un paso más hacia un concepto de educación dinámica, libre y creativa.




miércoles, 15 de febrero de 2017

Las "social media" en nuestro aprendizaje

Para hacer una reflexión de nuestro aprendizaje a lo largo de esta asignatura y de cómo han influido las distintas plataformas de trabajo en nuestra manera de percibir la aplicación de las tecnologías en la educación, el artefacto de Storify nos viene como anillo al dedo. Y es que no es la primera vez que abordamos este asunto de las TIC en este blog. Storify nos permite resumir y reflexionar la función que tienen distintas plataformas como blogger, facebook o youtube en nuestro entorno personal de aprendizaje.

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En este caso, analizaremos las tres herramientas que más hemos explotado durante este curso: Twitter, Blogger e Instagram. Estas plataformas de social media resultan ser las más significativas para nosotros dentro del mundo de las TIC y engloban lo que Manuel Area señala como nuevas alfabetizaciones. Blogger, siguiendo la linea de nuestro PLE, tiene mayor utilidad en el aspecto de recopilar y crear información. Es una plataforma ideal para sumergirnos en la opinión de especialistas de todo tipo y un espacio en el que poder verter nuestras reflexiones (en este caso de carácter profesional). Es una herramienta que aúna carácter personal con carácter divulgativo, pero debemos tener claro que no todo blog tiene validez. Es todo un reto enseñar a los alumnos a discernir entre aquellas fuentes de información válida de aquellas que desinforman. Internet es un universo que contiene un cúmulo de información que debemos descifrar con cautela. Para ello deberemos tener siempre como referencia a determinados autores de renombre que garanticen el buen uso de esta plataforma. 

Por otra parte nos topamos con una aplicación que entró en el mundo de las social media como un huracán: twitter. Lo utilizamos como nexo de unión entre los autores y la información que buscamos. De esta manera, cuando buscamos recursos, buscamos en Twitter por la etiqueta de un #temaconcreto sobre el que aparecen múltiples aportaciones de usuarios en la red. Su principal característica es la restricción de 140 caracteres como máximo, lo cual invita al usuario a hacer reflexiones concisas, a introducir palabras clave para resumir una idea o a escribir titulares que enlacen con un contenido más amplio. Las cuentas de twitter suelen estar enlazadas con cuentas de blogger, facebook u otras redes sociales, lo cual nos permite hacer un seguimiento preciso de aquellos autores que nos son de interés. El segundo paso que seguimos en nuestro proceso de búsqueda de información, es el de comparar los distintos recursos encontrados, que normalmente resultan de Blogger o similares. 
Llegados a este punto, la función de las plataformas de Twitter y Blogger van más allá, ya que comparten la característica que, además de crear información, la difundimos al instante con nuestros seguidores o lectores. Este aspecto resulta de gran relevancia, ya que es el que más aporta a nuestro  aprendizaje autorregulado. Cuando redactamos estas líneas, esperamos que sean leídas y que usuarios externos nos ofrezcan su opinión al respecto, lo que nos obliga a clarificar nuestras ideas, reflexionar sobre nuestro propio desarrollo en el campo digital. Además, nos permite recuperar anteriores pensamientos y comparar en qué medida ha cambiado nuestra concepción sobre temas concretos. Así, analizamos nuestro “yo” presente y pasado.

Foto: mkhmarketing. "Social media class", en Flikr

Por último, Instagram nos permite plasmar en un formato ilustrativo y visual una idea, un concepto o una reflexión de lo que hemos trabajado. Es una herramienta con un gran potencial a la hora de explotar la creatividad de los alumnos, que podrán trabajar el lenguaje simbólico/metafórico. Es una de las redes sociales más utilizadas hoy en dia, especialmente entre los adolescentes. Es por ello que supone una arma de doble filo, ya que se le puede dar un mal uso. Ambos pensamos que puede ser de gran utilidad en nuestro rol como profesores de secundária dejar paso a esta red y utilizarla como herramienta para compartir y crear contenido creativo. Realizar actividades escolares a través de esta red social, puede inculcar una buena práctica y una mayor concienciación de nuestros alumnos en su uso regular. 

En definitiva, el uso de estas tres plataformas nos ha abierto una veda más que interesante a la hora de atrevernos a innovar en el aula.



miércoles, 1 de febrero de 2017

Entornos personales de aprendizaje

La profesión docente es, a día de hoy, una de las más exigentes a nivel personal. En ella es posible evolucionar día a día: enseñar de forma más eficiente, tener más control en las situaciones conflictivas y, en definitiva, conseguir extraer el máximo potencial de todos y cada uno de los alumnos. Debido a estas y más razones, es conveniente analizar de dónde recibimos el conocimiento, cómo lo distribuimos y, en términos generales, cuáles son las influencias que inciden en la forma de llevar a cabo nuestra profesión. 

Autores como el norteamericano Barry J. Zimmerman han trabajado sobre el concepto de aprendizaje autoregulado, lo cual nos conduce necesariamente a los llamados PLE, (Personal Learning Environment). Para hacernos con las claves de este entorno, podemos ver el video del profesor Jordi Adell en el cual nos brinda una breve y esclarecedora explicación. 
Así pues, crear, desarrollar y analizar nuestro PLE supone una método muy interesante y eficaz a la hora de controlar nuestro aprendizaje. 

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Pongamos, por ejemplo, el uso tan común que tenemos de una red social como Facebook o Twitter. Ante éstas podemos actuar de maneras muy distintas. Una de ellas sería la de plantarnos en el inicio, dónde aparecen las publicaciones de nuestros amigos e ir bajando hacia abajo estancándonos en un bucle, sin realmente leer nada, solamente escuchando los primeros segundos de vídeos desorganizados que saltamos porque no damos tiempo a que se carguen. En este caso estaríamos perdiendo el tiempo. Sin embargo, si mantenemos una actitud de aprendizaje activo, pasamos por las publicaciones de expertos en educación o leemos fragmentos de periódicos de actualidad. Nosotros nos hemos dado cuenta de que también aprendemos creando estos escritos o reflejando nuestra opinión en Facebook. Creemos que cuando tenemos esta actitud y creamos contenido que compartimos con personas conocidas, estamos generando un espacio para la reflexión, dónde podemos enriquecernos con los distintos puntos de vista e ideas de quienes participen. Aplicaciones con carácter más visual como Instagram son también una potencial fuente de creación y reflexión, ya que a través del lenguaje visual podemos expresar ideas y conceptos que compartiremos con otra gente que, a su vez, crea y comparte, generando una cadena de enriquecimiento que puede resultar estimulante e insipiradora.
En el uso diario que hacemos de Google Drive o Dropbox hemos podido hacer otra reflexión a la que no habíamos llegado antes de hacer este ejercicio: ¿cómo influyen estas plataformas de almacenamiento de información en nuestro aprendizaje? En ellas compartimos conocimientos a través de archivos muy diversos. Aun así, éste no es el único uso que les damos ya que en ellas estructuramos nuestras fuentes de información, categorizando los recursos que disponemos en distintas carpetas y las agrupamos de forma lógica según nuestro pensar. Esto supone todo un ejercicio de organización y planificación, ya que antes de crear un documento dónde reflejar conocimientos, acudimos a nuestras carpetas para copiar plantillas antiguas, fundamentar nuestras opiniones o recordar antiguos archivos compartidos con compañeros de trabajo.

Una parte muy interesante sobre el entorno personal de aprendizaje es esa en la que somos capaces de inculcar conocimientos y proporcionar herramientas a nuestros alumnos. Precisamente, uno de los objetivos más complejos y ambiciosos es enseñar a aprender. Consideramos que podemos conseguir que los estudiantes aprendan a analizar de dónde procede la información que usan en su día a día. Así descubrirán, igual que nosotros hemos hecho, la importancia de fijarnos objetivos de aprendizaje. De esta manera nos damos cuenta que, al hacerlo, evitamos la enorme marea de distracciones que existen hoy en día en internet y estructuramos nuestro tiempo de manera más eficiente. 

Foto: Ralf Appelt, Personal Learning Environment. Fuente: Flikr


No cabe duda que enseñar a hacer un buen uso de las múltiples aplicaciones y redes sociales que tenemos al alcance es esencial a la hora de asegurar un aprendizaje bien dirigido. Los alumnos de secundaria de nuestro tiempo han crecido en el universo de las tecnologías, y debemos moldearnos a este hecho -y no a las tecnologías- con el fin de darles el uso adecuado y enseñar a los más jóvenes que las redes sociales y las aplicaciones que van saliendo día a día no son sólo una fuente de entretenimiento sino una oportunidad de aprendizaje y crecimiento sin parangón. 

Entendemos que el aprendizaje es un proceso personal y constante en el que cada cual debe estructurar su propio entorno y metodología. Uno de nuestros papeles como docentes es el de facilitar la construcción de este espacio con el fin de que el alumno sea lo más autónomo posible y sea capaz de regular su propio aprendizaje de manera efectiva.
 

martes, 29 de noviembre de 2016

"De mayor quiero ser..."

El pasado verano nos matriculamos en este máster con una nube de dudas sobre nuestras cabezas y con el hormigueo en el estómago que provocan los retos venideros, sin saber del todo hacia qué nos adentrábamos.

Víctor Pineda. El árbol de la vida en espiral. En Flikr.


 En nuestros esquemas iniciales no existían todas estas funciones del profesor que hemos ido aprendiendo y que aún nos quedan por descubrir. Nos ha marcado mucho el estudio del concepto de escuela inclusiva, en el que se acepta a todos y cada uno de los adolescentes independientemente de sus características. Ésta, aunque al principio nos parecía una idea un tanto utópica, se ha convertido en uno de nuestros objetivos para cuando ejerzamos el oficio. Hemos estudiado la evolución de la integración de personas con distintas capacidades en la sociedad y vemos que llevamos una línea tremendamente positiva. Por tanto, tenemos confianza en que nuestro trabajo puede ser de gran utilidad y muy positivo para el correcto desarrollo de todas las personas con las que trabajemos.

Para completar muchas de las asignaturas, nos ha sido requerido el trabajo grupal y el uso de herramientas TIC. Hemos podido comprobar por nosotros mismos la efectividad de algunas de estas como los documentos de Google Drive, para trabajar online desde cualquier lugar y a cualquier hora. El uso de twitter, además de para estar al día del trabajo de los demás, nos ha permitido descubrir el potencial que tiene en cuanto a la enorme cantidad de información que se puede extraer de allí y la capacidad de síntesis que exige. A este último, lo complementa perfectamente el navegar a través blogs de interés. La experiencia con estas herramientas no ha sido sólo productiva por el concepto que en sí suponen, sino porque nos ha permitido colaborar y compartir experiencias con el resto de compañeros. Sin duda, este ha sido el aspecto más enriquecedor de todo este "embrollo".

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 Todo ello sumado a los métodos de evaluación por competencias han supuesto una reestructuración de nuestro concepto de profesor ideal. Nuestra experiencia como alumnos nos ha formado la imagen de un profesor que ejercía un papel hierático en el cual los alumnos eramos actores secundarios. Memorizar, vomitar sobre un papel, olvidar. Y así hemos ido pasando cursos hasta llegar aquí. ¿Es realmente lo que queremos como docentes? Claramente no. No queremos reproducir ese prototipo de profesor sino que queremos implicarnos en la experiencia docente que protagonizan los alumnos y en el cual nos tendremos que implicar de manera plena. Queremos ser un referente, un guía y una herramienta más para nuestros futuros alumnos, formando parte de su desarrollo académico y personal. Y decimos personal porque uno de los aspectos que más nos ha impactado en estos meses es la importancia que debemos dar al aspecto emocional del alumnado. Es de vital importancia que el adolescente sea comprendido y escuchado, ya que se encuentran en una etapa de la vida en la que están desarrollando su personalidad. Debemos estar ahí para su beneficio, dejando atrás el papel de juez y verdugo que algunos docentes ostentan.  

Creemos con convicción en una educación que, poco a poco, elimine las barreras selectivas y apueste por un modelo constructivo en el cual los ABP sean protagonistas. Este método nos ha permitido ver un modelo educacional totalmente distinto cuyo potencial parece no tener límites. Educar a través de ABP supone un reto que queremos emprender y del cual podemos llegar a crecer muchísimo. 

Queremos, por tanto, eclosionar como profesores del siglo XXI, y para ello deberemos trabajar desde el cambio y con la ilusión de caminar hacia una meta que se presenta utópica.

 

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Competencias sí, pero ¿cómo?

Desde que inciamos este blog, hemos ido abordando los distintos enfoques a una educación que aspiramos a cambiar: desde las propias técnicasdocentes hasta el método de evaluación, pasando por el uso de lasTIC en las aulas y la función de las competencias. Unos cambios que resultan motivadores e intimidatorios a la vez, porque supone no sólo un gran esfuerzo sino un reto enorme como profesionales de la educación.

Es cierto que nos surgen muchos interrogantes, pero nos atrae la idea de poder ser partícipes de un cambio que aspira a transformar la sociedad venidera. Cuando Zabala i Arnau hablan de las competencias, nos sumerge en un gran reto: ¿cómo enseñamos las competencias clave? Hasta ahora hemos sido testigos de la enseñanza propedéutica y metódica de las materias y competencias del currículo, pero ¿qué hacemos con esas competencias que no entran en los libros de texto? Hablamos de emociones, de crecimiento personal, de sabernos desenvolver ante conflictos y problemas que se nos presentan en la vida real, temarios que no entran en el currículo. 
 
Foto: Sheryl Edwards. Learning vs testing.En Flikr
 

La propuesta de los Aprendizajes Basados en Problemas (ABP), cuyos rasgos más destacados se resumen de manera muy clara en la infografíapublicada por aulaplaneta, nos resutla muy interesante por sus enormes posibilidades creativas, tanto para los alumnos como para los profesores. Si bien es cierto que no es tarea sencilla programar una actividad de este tipo (teniendo en cuenta que hay que considerar el espacio, los grupos del aula y su gestión, los tiempos de la actividad, la evaluación, el seguimiento del aprendizaje...), y que supone una mayor implicación por parte del profesor que la aplica, el potencial educativo que tienen los ABP nos han de servir de impulso para lanzarnos a ello con convicción.

Nos resulta más que interesante el hecho de que, a través de un ABP, los alumnos puedan adquirir no sólo conocimientos de la materia o materias involucradas -ya que los ABP suelen ser interdisciplinares-, sino que permiten también su desarrollo humano. Nos permiten implicar a los alumnos en el aprendizaje, hacerlos partícipes y protagonistas de cuestiones reales, de situaciones latentes en la vida que les pueden resultar relevantes. No por ello debemos sepultar el aprendizaje memorístico, ya que debe ser un complemento más del todo educativo. La resolución de problemas -bien basados en situaciones reales como en situaciones hipotéticas, como puede ser el calentamiento global, la extinción de muchas especies animales, los conflictos bélicos que nos rodean, etc.- debe, a nuestro parecer, englobar un cómputo de herramientas educativas que hagan lo más efectivo posible el parendizaje, y en ese cómputo hay lugar para la memorización.

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Nosotros -y por poner un ejemplo-, en un simulacro de programación de una ABP en la que se funden economía y lengua, planteamos a los alumnos qué consecuencias económicas y sociales tiene la crisis de los refugiados sirios en Europa.
La concreción de esta tarea nos obligó a pensar e imaginar qué podríamos ofrecer a los alumnos para mantenerlos inmiscuidos en una tarea de aprendizaje multidisciplinar. Así, decidimos abordar un tema de actualidad que impica no sólo aplicar conocimientos de economía -cómo afecta este flujo de refugiados a la economía europea- sino también de lengua -a través del análisis de textos periodísticos, documentales, ensayos, etc-. Es una opción para que los alumnos tomen parte de una realidad que bombardea los medios de comunicación y del que, creemos, deben tomar consciecia. Una actividad de estas características nos permitiría no sólo abarcar el currículo, sino que nos daría la opción de abrir debates, plantear preguntas, promover la colaboración entre alumnos, proponer posibles soluciones, etc.

Además, la idea de trabajar de manera conjunta con otros departamentos del centro daría una cohesión y una unidad que facilitaría a los alumnos responder a esa pregunta que en algún momento se han hecho casi todos: ¿para qué vengo al instituto?

Fuente: Zabala y Arnau (2009). 11 ideas clave. Como aprender y enseñar competencias. Barcelona: Graó.
 
Como inciso final y a modo de recomendación, adjuntamos dos breves videos de la aclamada serie norteamericana The Wire. Son dos escenas de la cuarta temporada, enfocada en el sistema escolar estadounidense (cada una de las cinco temporadas abarca un tema distinto -tráfico de drogas, trata de blancas, política, periodismo y educación-, todos ellos interrelacionados y con la ciudad de Baltimore como marco contextual). Pryzbylewski, un ex-policía y ahora profesor de matemáticas entra en un instituto verdaderamente conflictivo y violento de las barriadas pobres de la ciudad, y tras verse desesperado por controlar la clase y enseñar algo, cae en la cuenta del motor motivacional de los alumnos: las apuestas. A través del “dice game”, aprenderán no sólo a apostar, sino todos aquellos conocimientos de matemáticas que necesitan saber. Como dice Prezbo, el profesor, al final del segundo video: “Trick'em in the thing that they are learning... and they do”.


 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La evaluación como método de aprendizaje


A raíz de cuestionarnos el rol del profesor y la finalidad del sistema educativo, concluimos que era necesario un aprendizaje por competencias. Llegados a este punto, nos preguntamos cómo podemos hacer efectivo ese aprendizaje. La respuesta la encontramos en la evaluación.

Durante mucho tiempo, hemos utilizado el mismo sistema. ¿Por qué tenemos que cambiar ahora la evaluación?

Entendemos que si queremos cambiar la manera de enseñar, enfocando el sistema educativo hacia el aprendizaje por competencias, tenemos que cambiar los incentivos del alumno. En el sistema de enseñamiento tradicional un profesor, al final del periodo de enseñamiento, califica del 0 al 10 la capacidad del evaluado para reproducir en una prueba escrita con preguntas concretas, el máximo número de conceptos existentes en el libro de referencia.
Toni y yo identificamos, a grosso modo, tres aspectos de este sistema evaluativo que impiden el trabajo por competencias deseado, así como la incorporación de conocimientos útiles para el medio y largo plazo.

  1. El agente evaluador es únicamente el profesor, quien identifica de manera unidireccional los errores cometidos por el alumno al realizar la prueba.
  2. Existe únicamente un momento en el que el alumno es evaluado, lo que nos impide saber los conocimientos que éste está adquiriendo a lo largo del proceso de aprendizaje.
  3. La finalidad de este sistema es puramente la de definir si lo plasmado el dia de la prueba se ajusta a la información presente en el libro de texto.

Nosotros mismos, los editores de este blog, tendíamos a pensar que era factible aplicar el metodo tradicional, ya que coincidimos que en la mayor parte de nuestra enseñanza, se nos ha exigido este requisito memorístico. Sin embargo, la inlfuencia de profesionales de la educación como Neus Sanmartí o Jose Luis Castillo, nos han hecho ver la necesidad de cambiarla. La entendemos como una herramienta imprescindible para el trabajo competencial y como el pilar en el que basar un sistema de aprendizaje tan distinto del tradicional.

Queremos ser partícipes de un cambio en el sistema evaluativo que permita el trabajo focalizado en la adquisición de competencias y conocimientos a largo plazo, que sirva además para orientar al profesor sobre cómo los alumnos están percibiendo aquello que enseña y, por lo tanto, ayude a hacer efectivo el aprendizaje, adaptándolo a la capacidad de cada alumno.

Foto: "PISA", por Juan Carlos Mejía. Flikr.

Todo esto es muy bonito, pero ¿es factible?, ¿podemos cambiar la evaluación? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo lo llevamos a la práctica?

Tanto nosotros como nuestros compañeros de clase tenemos un sentimiento de incertidumbre un tanto paralizador. Estamos aprendiendo que el sistema educativo con el que hemos crecido necesita un cambio estructural muy importante y que, en cierto modo, nosotros somos responsables. A la vez, se nos advierte que cambiar la mentalidad de las personas con las que vamos a trabajar, las familias y los propios alumnos, puede resultarnos tremendamente complicado. También sabemos que nos encontraremos con numerosos impedimentos como unos exámenes externos, impuestos por el ministerio de educación, o unas directrices marcadas por parte de nuestro departamento.
Nos han comentado que los tres primeros años de enseñanza es probable que nos tengamos que ceñir al sistema presente en el instituto que nos corresponda. Sin embargo, no estamos dispuestos a que sea así. Enfocando nuestras inquietudes en la evaluación, pensamos que puede ser compatible utilizar un sistema tradicional y dale una vuelta de tuerca hacia un sistema de evaluación más completo.

¿Cómo?

  • De manera cooperativa, mediante actividades de interrelación en el grupo.
  • Invitando a cada alumno a reflexionar sobre el propio aprendizaje.
  • Dedicando gran parte del tiempo a clarificar los objetivos, a estructurar y consolidar los conceptos aprendidos.
  • Orientando cada alumno, haciéndole entender su propio progreso.
  • Teniendo referencias constantes de cómo se están percibiendo los conocimientos que estamos transmitiendo.


Esta puede ser una plantilla muy adecuada para la autoreflexión y la cooperación en el aprendizaje, que lleva implícita una metodología de trabajo muy distinta de la convencional.



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Como habrán podido comprobar, el factor clave no es corregir la respuesta, sino identificar las dificultades propias que se han tenido para contestar la pregunta. Es fundamental la aportación de los compañeros de clase, que proporcionan un punto de vista externo muy diferente del propio y muy necesario, ya que a todos nos cuesta identifcar los errores que hemos cometido.
A modo conclusivo, coincidimos en que estamos en un momento en el que somos capaces de elegir el dia a dia que queremos vivir como profesores. Si tenemos la voluntad de transmitir conocimientos y valores a todos nuestros alumnos, con la finalidad de conseguir su mayor desenvolupamiento personal posible, debemos atrevernos a enseñar a nuestra manera, mejorando dia a dia como personas y como profesionales.

martes, 25 de octubre de 2016

La educación y las competencias

Que la sociedad está viva y los tiempos cambian es algo sabido por todos, pero es también vox populi que esta constante mutación no siempre va acompañada por las instituciones en las que se desenvuelve. Es el caso de la educación en España, que ante un ente socioeconómico y cultural cambiante no ha sabido dar, todavía, con la tecla adecuada. El último remiendo legislativo, la LOMCE, ha hecho hincapié en un concepto fundamental pero con cierto tinte ambiguo como es la competencia clave  y que Antoni Zabala define como la “capacidad de hacer frente a situaciones adversas de manera eficaz” (p.43-44). Estas competencias pueden ser sociales, personales, interpersonales y profesionales, lo cual implica que la educación debe ir más allá de la transmisión de conocimientos teóricos. 

De MERIT CAMPUS, en Flikr

 Parece una premisa fundamental el preparar a los niños y adolescentes para la vida, algo lógico en un principio y que sin embargo abre un viejo debate que plantea la dicotomía “educación tradicional – educación constructiva”, de la que ya hablamos en la entrada anterior. Tenemos claro que los alumnos que salen del centro de enseñanza secundaria deberían ser personas capaces de integrarse de manera efecetiva en la sociedad, y para ello es preciso proponer una enseñanza distinta a la que reina actualmente. A pesar de ello conviene no demonizar la tradición que pone en primera linea de aprendizaje la base teórica no necesariamente ligada a la práctica. No se trata, pues, de desterrar la teoría para aplicar sólo la práctica, ya que son interdependientes.


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Dado que la virtud está en el punto medio, debemos lanzarnos hacia el reto de favorecer un aprendizaje significativo sin dejar de lado el marco teórico, ese monumento bibliográfico del que se exije un aprendizaje mecánico. Sin embargo, no resulta en absoluto sencillo impartir una educación que baile con ambos conceptos y que, como finalidad, alcance el objetivo de las distintas competencias. La constante formación del profesorado, tanto impulsada desde las instituciones gubernamentales como desde sectores más locales, podría permitir al docente la disposición de más herramientas para innovar en su trabajo. Porque la enseñanza de las competencias no pasa únicamente por la aplicación de los libros de texto en las aulas: abarca el aspecto emocional de los alumnos, el contexto en el que se trabaja, la motivación, la base de conocimientos de los propios alumnos, etc. Si queremos que nuestros alumnos alcancen estas competencias, nosotros como docentes deberemos ser también competentes.


Tal vez para alcanzar semejante meta debamos mirar atrás de manera reflexiva y comprender los aspectos positivos y negativos de cada técnica docente, de manera que podamos construir nuevas ideas que sirvan de trampolín al alumnado. Así mismo, la práctica docente debe verse respaldada por todo el equipo educativo, desde los centros a las instituciones, y fijar objetivos comunes con el fin de marchar hacia una educación más completa y profunda, una educación del sigloXXI.

 
 Fuente: Zabala y Arnau (2009). 11 ideas clave. Como aprender y enseñar competencias. Barcelona: Graó.