miércoles, 1 de febrero de 2017

Entornos personales de aprendizaje

La profesión docente es, a día de hoy, una de las más exigentes a nivel personal. En ella es posible evolucionar día a día: enseñar de forma más eficiente, tener más control en las situaciones conflictivas y, en definitiva, conseguir extraer el máximo potencial de todos y cada uno de los alumnos. Debido a estas y más razones, es conveniente analizar de dónde recibimos el conocimiento, cómo lo distribuimos y, en términos generales, cuáles son las influencias que inciden en la forma de llevar a cabo nuestra profesión. 

Autores como el norteamericano Barry J. Zimmerman han trabajado sobre el concepto de aprendizaje autoregulado, lo cual nos conduce necesariamente a los llamados PLE, (Personal Learning Environment). Para hacernos con las claves de este entorno, podemos ver el video del profesor Jordi Adell en el cual nos brinda una breve y esclarecedora explicación. 
Así pues, crear, desarrollar y analizar nuestro PLE supone una método muy interesante y eficaz a la hora de controlar nuestro aprendizaje. 

Una foto publicada por Tomeu i Toni (@schismisland) el


Pongamos, por ejemplo, el uso tan común que tenemos de una red social como Facebook o Twitter. Ante éstas podemos actuar de maneras muy distintas. Una de ellas sería la de plantarnos en el inicio, dónde aparecen las publicaciones de nuestros amigos e ir bajando hacia abajo estancándonos en un bucle, sin realmente leer nada, solamente escuchando los primeros segundos de vídeos desorganizados que saltamos porque no damos tiempo a que se carguen. En este caso estaríamos perdiendo el tiempo. Sin embargo, si mantenemos una actitud de aprendizaje activo, pasamos por las publicaciones de expertos en educación o leemos fragmentos de periódicos de actualidad. Nosotros nos hemos dado cuenta de que también aprendemos creando estos escritos o reflejando nuestra opinión en Facebook. Creemos que cuando tenemos esta actitud y creamos contenido que compartimos con personas conocidas, estamos generando un espacio para la reflexión, dónde podemos enriquecernos con los distintos puntos de vista e ideas de quienes participen. Aplicaciones con carácter más visual como Instagram son también una potencial fuente de creación y reflexión, ya que a través del lenguaje visual podemos expresar ideas y conceptos que compartiremos con otra gente que, a su vez, crea y comparte, generando una cadena de enriquecimiento que puede resultar estimulante e insipiradora.
En el uso diario que hacemos de Google Drive o Dropbox hemos podido hacer otra reflexión a la que no habíamos llegado antes de hacer este ejercicio: ¿cómo influyen estas plataformas de almacenamiento de información en nuestro aprendizaje? En ellas compartimos conocimientos a través de archivos muy diversos. Aun así, éste no es el único uso que les damos ya que en ellas estructuramos nuestras fuentes de información, categorizando los recursos que disponemos en distintas carpetas y las agrupamos de forma lógica según nuestro pensar. Esto supone todo un ejercicio de organización y planificación, ya que antes de crear un documento dónde reflejar conocimientos, acudimos a nuestras carpetas para copiar plantillas antiguas, fundamentar nuestras opiniones o recordar antiguos archivos compartidos con compañeros de trabajo.

Una parte muy interesante sobre el entorno personal de aprendizaje es esa en la que somos capaces de inculcar conocimientos y proporcionar herramientas a nuestros alumnos. Precisamente, uno de los objetivos más complejos y ambiciosos es enseñar a aprender. Consideramos que podemos conseguir que los estudiantes aprendan a analizar de dónde procede la información que usan en su día a día. Así descubrirán, igual que nosotros hemos hecho, la importancia de fijarnos objetivos de aprendizaje. De esta manera nos damos cuenta que, al hacerlo, evitamos la enorme marea de distracciones que existen hoy en día en internet y estructuramos nuestro tiempo de manera más eficiente. 

Foto: Ralf Appelt, Personal Learning Environment. Fuente: Flikr


No cabe duda que enseñar a hacer un buen uso de las múltiples aplicaciones y redes sociales que tenemos al alcance es esencial a la hora de asegurar un aprendizaje bien dirigido. Los alumnos de secundaria de nuestro tiempo han crecido en el universo de las tecnologías, y debemos moldearnos a este hecho -y no a las tecnologías- con el fin de darles el uso adecuado y enseñar a los más jóvenes que las redes sociales y las aplicaciones que van saliendo día a día no son sólo una fuente de entretenimiento sino una oportunidad de aprendizaje y crecimiento sin parangón. 

Entendemos que el aprendizaje es un proceso personal y constante en el que cada cual debe estructurar su propio entorno y metodología. Uno de nuestros papeles como docentes es el de facilitar la construcción de este espacio con el fin de que el alumno sea lo más autónomo posible y sea capaz de regular su propio aprendizaje de manera efectiva.
 

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