lunes, 10 de octubre de 2016

Sobre las TIC, el sistema educativo y el rol del profesor

La finalidad del sistema educativo ha sido objeto de debate a lo largo de los últimos años, arrojando dos vertientes bien diferenciadas: la tradición propedéutica e instructiva frente a la educación constructiva. Dicho de otra manera, se plantea la disyuntiva educación / enseñanza. La tradición instructiva tiende hacia un sistema tradicional en el cual profesor y alumnado tienen un papel hierático: el docente vierte conocimientos y el alumnado trata de absorberlos. Esta vertiente educativa es ferozmente exclusiva y selectiva: sólo progresan aquellos que superen las pruebas pertinentes que permitirán avanzar o descartar al alumno en su camino hacia la educación universitaria.
Una foto publicada por Tomeu i Toni (@schismisland) el


Por otra parte, la educación constructiva pretende impulsar un dinamismo en el cual profesor y alumnado son partícipes activos del aprendizaje, ya que supone la implicación de ambas partes y favorece el desarrollo y la autonomía del estudiante. Este sistema, aceptado por el colectivo profesional pero raramente visible en la realidad escolar, proporciona herramientas a los alumnos para que tengan recursos a la hora de resolver los distintos retos que le serán planteados a lo largo de su formación. Nuestra condición de aspirantes al cuerpo del profesorado nos obliga a reflexionar sobre esto y no nos cabe duda de que el camino a seguir es el de la educación inclusiva, que fomente tanto el desarrollo académico como humano del alumnado.

Dentro de esta dinámica constructiva irrumpen de manera significativa las nuevas tecnologías que, a día de hoy, son esenciales en nuestra sociedad y por tanto no pueden ser obviadas. La educación a través de las TIC permite al alumnado sumergirse en el cosmos tecnológico que impera en nuestro día a día: desde las redes sociales al huracán de información que ofrece internet, así como los distintos medios de comunicación digitales y audiovisuales. Es vital que los alumnos sepan desenvolverse en un contexto aparentemente anárquico y que requiere de una buena base educativa para que este reguero informativo sea utilizado de manera apropiada y, por tanto, sepan expresarse a través de él de manera eficaz.

Foto: "Conectar Igualdad", en Flikr.com
El universo educacional, a raíz del choque de dos maneras antagónicas de entender la docencia, plantea otra cuestión esencial: el papel del profesor. Se debate de esta manera si el profesor tiene que tener un papel puramente académico o si debe inmiscuirse, además, en el desarrollo personal y emocional del alumno. Esta cuestión replantea el concepto de enseñanza transmisiva que, aún hoy, ocupa la mayor parte de los centros de secundaria. Creemos necesario que se aplique la idea de una educación activa en la que se implica que el profesor adopte un papel activo en el desarrollo emocional y humano del alumno, promoviendo así unos valores que desde la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, impulsada por la ONU, se consideran fundamentales: tolerancia, amistad, comprensión entre todas las naciones, grupos sociales, culturales y religiosos. Tenemos la certeza de que nuestro papel es el de formar adolescentes no sólo dentro de un contexto académico, sino dentro de un marco social que debe caminar hacia esos valores.

 Fuente: Zabala y Arnau (2009). 11 ideas clave. Como aprender y enseñar competencias. Barcelona: Graó.

1 comentario:

  1. Sobre la questió que plantejau del paper del professor, de si ha d'implicar-se o no, pens que aquesta actitud més que d'una opció es tracta d'un tret característic del bon professor que s'és o no s'és. I una vegada estrenat aquest ensenyament no es torna endarrera.
    Maria Tur

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