martes, 25 de octubre de 2016

La educación y las competencias

Que la sociedad está viva y los tiempos cambian es algo sabido por todos, pero es también vox populi que esta constante mutación no siempre va acompañada por las instituciones en las que se desenvuelve. Es el caso de la educación en España, que ante un ente socioeconómico y cultural cambiante no ha sabido dar, todavía, con la tecla adecuada. El último remiendo legislativo, la LOMCE, ha hecho hincapié en un concepto fundamental pero con cierto tinte ambiguo como es la competencia clave  y que Antoni Zabala define como la “capacidad de hacer frente a situaciones adversas de manera eficaz” (p.43-44). Estas competencias pueden ser sociales, personales, interpersonales y profesionales, lo cual implica que la educación debe ir más allá de la transmisión de conocimientos teóricos. 

De MERIT CAMPUS, en Flikr

 Parece una premisa fundamental el preparar a los niños y adolescentes para la vida, algo lógico en un principio y que sin embargo abre un viejo debate que plantea la dicotomía “educación tradicional – educación constructiva”, de la que ya hablamos en la entrada anterior. Tenemos claro que los alumnos que salen del centro de enseñanza secundaria deberían ser personas capaces de integrarse de manera efecetiva en la sociedad, y para ello es preciso proponer una enseñanza distinta a la que reina actualmente. A pesar de ello conviene no demonizar la tradición que pone en primera linea de aprendizaje la base teórica no necesariamente ligada a la práctica. No se trata, pues, de desterrar la teoría para aplicar sólo la práctica, ya que son interdependientes.


Una foto publicada por Tomeu i Toni (@schismisland) el
 

Dado que la virtud está en el punto medio, debemos lanzarnos hacia el reto de favorecer un aprendizaje significativo sin dejar de lado el marco teórico, ese monumento bibliográfico del que se exije un aprendizaje mecánico. Sin embargo, no resulta en absoluto sencillo impartir una educación que baile con ambos conceptos y que, como finalidad, alcance el objetivo de las distintas competencias. La constante formación del profesorado, tanto impulsada desde las instituciones gubernamentales como desde sectores más locales, podría permitir al docente la disposición de más herramientas para innovar en su trabajo. Porque la enseñanza de las competencias no pasa únicamente por la aplicación de los libros de texto en las aulas: abarca el aspecto emocional de los alumnos, el contexto en el que se trabaja, la motivación, la base de conocimientos de los propios alumnos, etc. Si queremos que nuestros alumnos alcancen estas competencias, nosotros como docentes deberemos ser también competentes.


Tal vez para alcanzar semejante meta debamos mirar atrás de manera reflexiva y comprender los aspectos positivos y negativos de cada técnica docente, de manera que podamos construir nuevas ideas que sirvan de trampolín al alumnado. Así mismo, la práctica docente debe verse respaldada por todo el equipo educativo, desde los centros a las instituciones, y fijar objetivos comunes con el fin de marchar hacia una educación más completa y profunda, una educación del sigloXXI.

 
 Fuente: Zabala y Arnau (2009). 11 ideas clave. Como aprender y enseñar competencias. Barcelona: Graó.

lunes, 10 de octubre de 2016

Sobre las TIC, el sistema educativo y el rol del profesor

La finalidad del sistema educativo ha sido objeto de debate a lo largo de los últimos años, arrojando dos vertientes bien diferenciadas: la tradición propedéutica e instructiva frente a la educación constructiva. Dicho de otra manera, se plantea la disyuntiva educación / enseñanza. La tradición instructiva tiende hacia un sistema tradicional en el cual profesor y alumnado tienen un papel hierático: el docente vierte conocimientos y el alumnado trata de absorberlos. Esta vertiente educativa es ferozmente exclusiva y selectiva: sólo progresan aquellos que superen las pruebas pertinentes que permitirán avanzar o descartar al alumno en su camino hacia la educación universitaria.
Una foto publicada por Tomeu i Toni (@schismisland) el


Por otra parte, la educación constructiva pretende impulsar un dinamismo en el cual profesor y alumnado son partícipes activos del aprendizaje, ya que supone la implicación de ambas partes y favorece el desarrollo y la autonomía del estudiante. Este sistema, aceptado por el colectivo profesional pero raramente visible en la realidad escolar, proporciona herramientas a los alumnos para que tengan recursos a la hora de resolver los distintos retos que le serán planteados a lo largo de su formación. Nuestra condición de aspirantes al cuerpo del profesorado nos obliga a reflexionar sobre esto y no nos cabe duda de que el camino a seguir es el de la educación inclusiva, que fomente tanto el desarrollo académico como humano del alumnado.

Dentro de esta dinámica constructiva irrumpen de manera significativa las nuevas tecnologías que, a día de hoy, son esenciales en nuestra sociedad y por tanto no pueden ser obviadas. La educación a través de las TIC permite al alumnado sumergirse en el cosmos tecnológico que impera en nuestro día a día: desde las redes sociales al huracán de información que ofrece internet, así como los distintos medios de comunicación digitales y audiovisuales. Es vital que los alumnos sepan desenvolverse en un contexto aparentemente anárquico y que requiere de una buena base educativa para que este reguero informativo sea utilizado de manera apropiada y, por tanto, sepan expresarse a través de él de manera eficaz.

Foto: "Conectar Igualdad", en Flikr.com
El universo educacional, a raíz del choque de dos maneras antagónicas de entender la docencia, plantea otra cuestión esencial: el papel del profesor. Se debate de esta manera si el profesor tiene que tener un papel puramente académico o si debe inmiscuirse, además, en el desarrollo personal y emocional del alumno. Esta cuestión replantea el concepto de enseñanza transmisiva que, aún hoy, ocupa la mayor parte de los centros de secundaria. Creemos necesario que se aplique la idea de una educación activa en la que se implica que el profesor adopte un papel activo en el desarrollo emocional y humano del alumno, promoviendo así unos valores que desde la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, impulsada por la ONU, se consideran fundamentales: tolerancia, amistad, comprensión entre todas las naciones, grupos sociales, culturales y religiosos. Tenemos la certeza de que nuestro papel es el de formar adolescentes no sólo dentro de un contexto académico, sino dentro de un marco social que debe caminar hacia esos valores.

 Fuente: Zabala y Arnau (2009). 11 ideas clave. Como aprender y enseñar competencias. Barcelona: Graó.

Carta de benvinguda

Foto: "Classroom", de  Lindy Buckley. Flikr.com
Benvinguts al nostré racó del professor, un espai en el qual compartirem els coneixements que anirem adquirint al llarg del Màster de Formació del Professorat que imparteix la UIB a la seu de Eivissa, i dels que, a més, vessarem el nostre punt de vista, sempre obert a debat.

Ja que aquest blog s'inaugura arrel de la proposta de Gemma Tur, professora de l'assignatura Processos i Contextos Educatius, prestarem especial atenció a l'ús i al desenvolupament de les TIC (Tecnologies de la Informació i la Comunicació) a les aules.

Aquest particular passeig serà conduït per Tomeu Caldentey i Toni Cardona.
Tomeu,  oriünd de Mallorca i orgullòs de la seva terra, ha estudiat Economia a la UIB. Un cop acabada la carrera, es va replantejar un futur professional en el qual formaría part del deshumanitzat engranatge capitalista en el qual enriquiría els comptes corrents d'una gent que mai coneixierà. El paper de germà gran que té dins el seu si familiar li ha fet compredre que l'educació pot ser una manera de enriquirse a si mateix i a les generacions venideres i d'aquesta manera ser protagonista d'un paper tan important en la societat com es el de professor.
En aquesta aventura, en Tomeu ha topat emb en Toni, original d'Eivissa i graduat en Filologia Hispànica a la Universitat de Granada. De genuí arrelam pitiús (el seu cognom no enganya a ningú) però granadí de cor, es va balancejar entre la rama d'estudis literaris i la formació de professorat un cop acabat el grau. La poderosa influència d'alguns professors durant l'etapa adolescent van fer que es decidís per la docència, motivat per la possibilitat de formar part del desenvolupament de les joves promeses i l'utopia de transmetre l'entusiasme per l'art i les lletres que va rebre com a alumne.